El PRP se extrae de la propia sangre del paciente y consiste en la obtención de los factores de crecimiento liberados por las plaquetas, que al aplicarse en el sitio de lesión estimula la producción de factores de crecimiento que intervienen en la regeneración y reparación del tejido.
El objetivo del PRP es resolver el dolor a través de la regeneración. La regeneración consta en 3 fases inflamatoria, proliferativa y maduración.
La mejoría con el PRP se comienza a observar a las 3 semanas y gradualmente se va incrementando, el efecto regenerativo se va produciendo por los meses subsiguiente hasta el año, este efecto es muy diferente a la aplicación de corticoides que solo calman el dolor y la inflamación por un determinado tiempo dejando la causa sin resolver.

¿Cómo se prepara el PRP?
Se extraen aproximadamente 10 cc de sangre para obtener un 1cc de plasma rico en plaquetas, se extrae sangre al paciente y se realizan dos centrifugaciones, la primera nos permite excluir la gran mayoría de los glóbulos rojos y los glóbulos blancos, le segunda centrifugación nos permite extraer el plasma para lograr la mayor concentración de plaquetas en el resultado final.
